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jueves, 9 de febrero de 2012

COFRADES ONLINE

Como tantas otras cosas, los actuales medios de comunicación inmediata ni son buenos ni son malos en sí mismo. Todo depende del uso que hagamos de ellos. En las redes instaladas en Internet tenemos la prueba más fehaciente.

No voy a descubrir ahora los beneficios que a la sociedad puede ofrecer, y de hecho ofrece, esta red de redes. Esta ventana abierta al mundo, como frecuentemente se dice, pone a nuestra disposición y de inmediato todo el conocimiento deseable; difunde, convoca, ilustra, entretiene, informa…Y engancha.

Y los cofrades lo sabemos. Y nosotros que somos capaces y capataces de lo más sublime y de lo más abyecto, sin términos medios, hemos entrado a saco en Internet, y temiéndome lo peor, se han confirmado mis temores.

Leía hace poco, vía Facebook, un comentario, cuanto menos curioso, que abogaba por culturizar Internet, y otro no menos curioso que aseguraba que habría que sacralizarlo, que evangelizarlo, vamos. Creo modestamente que para culturizar ya están las bibliotecas y para evangelizar los púlpitos, que diga los ambones (que luego me llaman rancio, facha y reaccionario). Cada cosa en su lugar, en su verdadera dimensión. Pero no voy a negar que Internet sería un vehículo magnífico para que en él se reflejase al menos la cultura cristiana. Hasta el mismo Papa nos insta a una utilización de este medio de una manera acorde con nuestra fe.

Pero en lo que creo que todos estaremos de acuerdo es para lo que jamás debería servir, es decir: para el insulto y la provocación. He encontrado en algunos foros cofrades más insultos y más crueldad que en ningún otro dominio de la red, desde poner de vuelta y media al prioste más creativo, hasta arrastrar por el fango el nombre del más experimentado capataz, y donde el simple color de una túnica se convierte absurdamente en una verdadera cuestión de estado. Aquí todo vale.

Y es donde mejor se demuestra la falta de formación y de cultura, de la cofrade y de la cultura con mayúscula, y de la ausencia de educación. Porque de la formación religiosa mejor no hablar. Pásese, investigue usted experimentado internauta si no me cree, y dese un paseíto por los comentarios vertidos en ciertos foros cofrades con motivo de la última y exitosa visita del Santo Padre a España. Después de leer, dígame si no es para salir corriendo y no mirar para atrás ni para ver alejarse un paso de palio. Pavoroso el panorama.

Y asusta y preocupa la juventud de los más crueles internautas, cuyas cáusticas voces parecen poseedoras de la verdad más tiránicamente absoluta. Cuánto hubiéramos dado los cofrades de mi generación por haber tenido en nuestra juventud un medio como Internet para ver y saber de cofradías, cuando entonces nos teníamos que conformar con los recortes del primitivo Odiel, con las fotos del  ABC o con un buen taco de postales Escudo de Oro (que levante la mano quien no tuviera una caja de zapatos o de carne de membrillo con un buen número de estas postales  con los pasos fotografiados en la Puerta de los Palos de la Catedral de Sevilla, guardado como un verdadero tesorillo).
No sé qué tendrá este medio de Internet que, a veces retocado, y otras sin careta alguna hace que aflore en muchos cofrades su verdadero yo, queriéndose hacer el ocurrente, el piadoso o el despiadado.

Lo dicho: los cofrades en Internet capaces de lo mejor y de lo peor, la alabanza y el insulto, el bien y el mal, la Gloria y el Infierno (sin Purgatorio posible, que ya no se lleva) al alcance de la mano, cliqueando en un teclado, moviendo un ratón.

A lo mejor, si en vez de un ratón cogiéramos un gamo, digo una gamuza, y descargáramos toda la “inquietud” sobre la plata, las cofradías irían mejor….O por lo menos con la orfebrería más limpia.


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